Llegó la esperada fecha en que Bronco se presentó en la Ciudad de México luego de tener presentaciones exitosas en otros rincones de la república. El concierto comenzó media hora tarde pero al público no le importó, cantaban con las canciones del grupo que ponían previas a su entrada al escenario. Una vez que se soltaron los caballos en el escenario, los miles de asistentes se entregaron de inmediato a Lupe Esparza y compañía.
“Adoro” fue el primer tema y una gran decisión para salir al ruedo, seguido de otros clásico que resonó en la Arena Ciudad de México como “Libros tontos” y “El sheriff de chocolate”. De la misma manera que la gente se entregaba, el quinteto les correspondió con un tema tras otro, con canciones “para los enamorados”, en otras las parejas se ponían a bailar en los pasillos mientras las luces cambiaban de colores, una fiesta.
Arsénio Guajardo en el teclado y acordeón, Javier Cantú en la batería y la familia Esparza (Lupe con sus hijos, René y José Adán) hicieron galopar a sus fans por un paraje musical de varios años, pero no fueron los únicos, pues estuvieron acompañados por invitados de lujo, siendo el primero de ellos Roberto Belester, el compositor de “Nunca voy a olvidarte”, e interpretó esta canción con ellos.
“Que te han visto llorar”, “Cumbia triste”, “Dos mujeres, un camino” y “A qué le tiramos corazón” fueron parte de un bloque dedicado a los problemas del corazón, pero la balanza se equilibró con la llegada de Ana Bárbara y su “Amor perfecto”, así como “Mi corazón”.
La dinámica de los invitados incluyó mariachis y también al Tri, con Alex Lora cantando “Que no quede huella” y “Piedras rodantes”, sin lugar a dudas fue un momento que aceleró los corazones ecuestres de todo el “establo”.